En plena tormenta política sobre las torturas durante el mandato de George Bush, un informe del Comité de Servicios Armados del Senado aporta pruebas de que el equipo del anterior presidente de EEUU empezó a idear las "técnicas ampliadas de interrogatorio" antes de que los abogados de la Administración dieran su visto bueno. Cuando los expertos en derecho las aprobaron, los interrogadores ya se habían entrenado y las medidas coercitivas ya se habían decidido, según el informe y una información que ayer publicaba The New York Times . Es decir, que lo que hicieron los abogados fue adaptar su interpretación de la ley a decisiones ya tomadas.

La CIA y oficiales militares empezaron a plantearse qué hacer con los detenidos en la guerra de Afganistán ya a finales del 2001 y principios del 2002 (el primer texto legal que da cobertura es de agosto del 2002). En su búsqueda de cómo lograr información de los arrestados, a la CIA le llamó la atención un programa militar de entrenamiento llamado Supervivencia, evasión, resistencia y escape (SERE). Este programa fue creado después de que en la guerra de Corea soldados estadounidenses capturados hubieran efectuado confesiones falsas tras sufrir un abanico de técnicas coercitivas. Entre ellas, mantener a los presos durante horas en posturas incómodas, impedirles dormir, encerrarlos en celdas en condiciones infrahumanas y la simulación del ahogo.

El SERE tenía la intención de entrenar a los soldados para el caso de que fueran capturados por enemigos que no respetasen la Convención de Ginebra. La CIA decidió aplicar las técnicas del SERE a los detenidos.

LEY REDEFINIDA Así, pues, el proceso, en palabras del informe del Senado, fue que "altos cargos del Gobierno de EEUU solicitaron información sobre cómo usar técnicas agresivas, redefinieron la ley para crear la apariencia de legalidad y autorizaron su aplicación a detenidos". Hasta que el equipo de abogados encontró los vericuetos legales para justificar las torturas, la CIA y el Ejército entrenaron a sus interrogadores a partir de los métodos del SERE. En diciembre de ese año el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, autorizó estos interrogatorios en Guantánamo. De allí se trasladaron a Afganistán y de este país, a Irak. Por eso el Senado señala explícitamente a Rumsfeld.