Los estadounidenses podrán volver a adquirir a partir de hoy los 19 tipos de potentes armas semiautomáticas --incluidos los fusiles de asalto kalashnikov-- que han estado prohibidas durante 10 años por la ley que el Congreso, dominado por el partido de George Bush, y el propio presidente han dejado expirar sin renovarla. John Kerry, candidato demócrata a la Casa Blanca, ha arremetido contra Bush por no mantener la prohibición y hoy se unirá a miembros de la policía en Washington para denunciar a su rival por aumentar así el peligro terrorista.

"El manual de Al Qaeda recomienda que se venga a Estados Unidos y se compren estas armas aquí", atacó Kerry el viernes en San Luis. En Los Angeles, el jefe de la Policía, William Bratton, reforzó el sábado la denuncia del candidato demócrata: "La ironía es que probablemente tendremos más de esas armas en EEUU que las que hay en Irak en manos de los insurgentes".

Los sondeos señalan que dos tercios de los estadounidenses apoyan el mantenimiento de la prohibición de estas armas y hasta en Texas, donde el 53% de los residentes están armados, un 80% desean que sigan siendo ilegales. Sin embargo, el sentir popular y el de las asociaciones policiales de la nación chocan con la poderosa Asociación Nacional del Rifle (ANR), que se opone a la prohibición desde que entró en vigor en 1994, durante la presidencia de Bill Clinton.

Sus términos impedían la "fabricación, transferencia y posesión" de armas como los fusiles rusos AK-47, los israelíes Uzi, las pistolas Tec-9 (con las que se cometió la matanza de Columbine) o el AR-15, versión civil del prototipo militar M-16.

INVERSION Aunque Bush dijo favorecer la prohibición, al final no ha movido un dedo para renovarla. El presidente no se ha querido enfrentar a la ANR, que le apoya e invertirá 400.000 dólares semanales de aquí a las elecciones para atacar a Kerry por defender el control de armas. "Yo soy cazador, pero nunca he pensado en ir de caza con un AK-47, un Uzi o algo así", subraya el propio Kerry.

Por otro lado, el candidato demócrata a la Casa Blanca ha acusado a los republicanos de intentar que un millón de negros no vayan a votar, para impedir su victoria en noviembre. "Puede que estén planeando hacer este año en estados clave de todo el país lo que hicieron en Florida en el 2000", recalcó ayer Kerry en Washington.