Estados Unidos necesita que haya más petróleo en el mercado mundial para que baje el precio del crudo. Sería, sin duda, un buen punto de partida para ahuyentar el fantasma de la recesión que planea sobre la economía estadounidense en este crucial año electoral. Es lo que el presidente de EEUU, George Bush, solicitó ayer al rey Abdalá de Arabia Saudí, uno de los aliados de Washington en la región.

Arabia Saudí es dueño de una cuarta parte de las reservas de petróleo del planeta, y es el miembro más influyente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El precio del barril de crudo ha superado los 100 dólares y hace solo tres años se pagaba la mitad. Bush recordó a los saudís que EEUU es el país que consume más energía del mundo y que si no bajan los precios habrá "menos compras de petróleo y gas".

Pero como dijo ayer el ministro de Petróleo saudí, Alí Naimi, la política de la OPEP es "aumentar la producción cuando el mercado lo justifique" y, para los países exportadores, no es el caso. Consideran que hay en el mercado suficiente crudo y culpan del alza del precio a la debilidad del dólar y a la especulación provocada por las tensiones entre Occidente e Irán, país al que ayer Bush aconsejó que "deje de provocar".

La situación económica es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía de EEUU, según indican las encuestas. A un año de expirar su mandato, solo el 32% de la población apoya la gestión de Bush, minada, además, por la guerra de Irak.

VISITA DE RICE A IRAK Ayer, en una visita sorpresa, se desplazó a Bagdad la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, para apoyar la política de reconciliación. Rice se refirió a la reciente ley aprobada por el Parlamento iraquí que permite a los antiguos miembros del partido Baaz trabajar para la Administración.

Por otra parte, ayer se conoció que EEUU ha decidido enviar a Afganistán, de forma temporal, 3.200 soldados adicionales, lo que elevará a cerca de 30.000 el número de tropas estadounidenses en este país. El nuevo contingente se desplegará esta primavera, cuando habitualmente se registra una mayor actividad de los talibanes.