Al Qaeda volvió a aparecer ayer en los discursos y declaraciones de las autoridades de Estados Unidos. Aunque nadie pudo confirmar que el grupo terrorista esté detrás de la trama desarticulada en Londres, el director del FBI, Robert Mueller, aseguró que el plan frustrado tiene "todos los trazos" de la organización de Osama bin Laden.

Y el presidente de EEUU, George Bush, aunque no citó directamente al grupo, aseguró en sus primeras declaraciones que lo ocurrido "es un crudo recordatorio de que EEUU está en guerra con fascistas islámicos que utilizarán cualquier medio para destruir a los que amamos la libertad".

Bush encontró en los atentados frustrados razón para destacar "la excelente colaboración entre Washington y Londres y entre agencias" de su propio gobierno. El presidente de EEUU estaba al corriente de la existencia de este complot terrorista al menos desde el domingo, según reveló ayer la Casa Blanca.

COLOR ROJO El secretario del Departamento de Seguridad Doméstica, Michael Chertoff, anunció que, por primera vez desde que se creó el sistema de alerta por colores en EEUU tras el 11-S, el nivel de alarma subía hasta el color rojo, el que advierte de "severo riesgo de ataques terroristas".

Desde ayer, EEUU incrementa la vigilancia con agentes encubiertos, y hasta que se creen sistemas de escáneres más avanzados, prohíbe llevar en el equipaje de mano ningún líquido o gel salvo leche y zumos para bebés y medicinas, que son analizadas.