La perspectiva del fracaso en Afganistán preocupa tanto a la Administración de George Bush y a la OTAN, que ya han empezado a revisar su misión en el antiguo feudo talibán, desde la seguridad hasta el desarrollo económico. Una revisión integral --y a tres bandas-- que responde a la necesidad de hacer más efectiva la lucha contra Al Qaeda y contra el tráfico de opio que financia la insurgencia.

Según publicó ayer The New York Times , citando fuentes anónimas de Washington y de la Alianza Atlántica, la Casa Blanca teme que uno de los principales legados de la era Bush (la derrota de Al Qaeda y los talibán tras los ataques del 11-S) se le escape de las manos. Pero a diferencia de la política diseñada para Irak hace un año, anunciada a bombo y platillo y que tuvo como resultado el envío de 30.000 soldados más al país árabe, la nueva táctica en Afganistán no se ha hecho pública ni incluirá el envío de más soldados, básicamente porque no hay refuerzos norteamericanos disponibles.

El objetivo es encontrar un coordinador internacional, un súperenviado que sincronice los esfuerzos y presione a la OTAN para aumentar las tropas que luchan contra la insurgencia que ha hecho del 2007 el año más violento desde diciembre del 2001, cuando derrocaron al régimen talibán. El presidente afgano, Hamid Karzai, no apoya a esta figura, temiendo que mine su credibilidad, como tampoco quiere destruir desde el aire las plantaciones de opio mientras no haya una alternativa para los agricultores.

TRES FRENTES La revisión se lleva a cabo desde tres frentes. Por un lado, desde el Ejército estadounidense. Por otro, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Nicholas Burns, se encarga de la diplomacia y la ayuda económica. Y por último desde la OTAN, criticada por EEUU desde que el año pasado asumió el control de las operaciones en Afganistán. La Alianza tiene 40.000 soldados en el país, 14.000 de ellos americanos; con otros 12.000 estadounidenses en misiones de contraterrorismo.

El secretario de Defensa, Robert Gates, consiguió la semana pasada en Escocia que la OTAN se comprometa a establecer un "plan integrado". "Necesitamos saber adónde queremos llegar en cinco años y cómo conseguirlo", dijo Geoff Morrell, portavoz del Pentágono. En cuanto a los plazos, la OTAN completará su revisión en la reunión de jefes de Estado en Bucarest en primavera, mientras que el Ejército de EEUU y el Departamento de Estado las presentarán a principios del 2008.

Y aunque la Casa Blanca ha expresado su optimismo sobre una victoria en Afganistán, Gates apuntó esta semana en el Congreso que debían ser cautelosos, agradeciendo al Reino Unido, Canadá y Australia el cumplimiento de sus compromisos.