Los presidentes George Bush y Nicolas Sarkozy se emplearon ayer a fondo en estrechar los vínculos de amistad entre EEUU y Francia, muy resquebrajados desde que París se opuso a la invasión de Irak en marzo del 2003. El almuerzo informal celebrado en la casa familiar de los Bush en Kennebunkport (Maine) ofreció a los dos dirigentes la ocasión para restablecer un clima propicio para la colaboración: "Tenemos desacuerdos, particularmente sobre Irak, pero eso no significa que no podamos trabajar juntos", dijo Bush tras una charla de 45 minutos con su homólogo francés.

MAS AMISTOSO Hoy, cuatro años y dos elecciones después, Bush sigue ocupando la Casa Blanca, enfrentado a una guerra sin salida, pero en el palacio del Elíseo se acabó la era de Jacques Chirac, y da la impresión de que su sucesor será más amistoso con EEUU.

Sarkozy, que ha reconocido estar orgulloso de que le llamen el americano , estuvo ayer a la altura de su apodo durante el almuerzo. "Lo bueno de Sarkozy es que dice lo que piensa", señaló Bush, elogiando la sinceridad de su interlocutor. El jefe de la Casa Blanca también pidió ayuda para frenar los proyectos nucleares de Irán. El mandatario francés subrayó por su parte: "Francia es amiga de las democracias, no de las dictaduras. No estamos de acuerdo en todo, pero eso pasa en las mejores familias".

A la comida no asistieron ni los hijos ni la esposa de Sarkozy, Cecilia, que llamó a Laura Bush para decirle que se sentían mal. Los que sí estuvieron fueron todos los Bush, al completo. La Casa Blanca calificó la cita como "un almuerzo social entre dos líderes mundiales de vacaciones en Nueva Inglaterra". Pero fue más que una simple barbacoa. Bush espera que las relaciones con Francia mejoren durante el resto de su mandato.

"Sería imposible pensar en Chirac almorzando en casa de los Bush. Esto demuestra los deseos de las dos partes de pasar página", señaló Charles Kupchan, experto en política europea del Council on Foreign Relations, que también señaló a Afganistán como otra gran preocupación del mandatario de EEUU.

A diferencia de su antecesor y su agria relación con Bush, Sarkozy dice que "EEUU puede contar con la amistad de Francia". Así que, aunque el almuerzo fue informal, marca "una nueva época en las relaciones con los franceses", según el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow.

MILI OBLIGATORIA Y Bush necesita ahora buenos amigos, tras los frentes que tiene abiertos, al que el viernes se añadió otro, cuando el general Douglas Lute, su nuevo asesor de guerra, despertó el fantasma del reclutamiento obligatorio por las necesidades de personal que tiene el Ejército para hacer frente a las ocupaciones de Irak y Afganistán. "Tiene sentido considerarlo. De hecho siempre ha sido una opción", dijo a la radio.