A pesar de los graves atentados de la semana pasada en Arabia Saudí y Marruecos, el presidente de Estados Unidos, George Bush, aseguró ayer: "Estamos desmantelando la red operativa de Al Qaeda de forma lenta, pero segura". Bush también advirtió: "Tenemos mucho trabajo por hacer", aunque se declaró "satisfecho" con los "progresos" conseguidos en la guerra contra el terrorismo, que vaticinó "larga".

El diario The Washington Post reveló ayer que las autoridades de Estados Unidos y Arabia Saudí están investigando ciertas ventas sospechosas de armas efectuadas por miembros de la Guardia Nacional saudí a agentes de Al Qaeda en el país.

Las armas fueron incautadas el pasado día 6 en una operación policial realizada en una casa ocupada por miembros de la red terrorista que lidera Osama bin Laden, y posteriormente se pudo comprobar que procedían de la Guardia Nacional saudí.

Fuentes estadounidenses indicaron ayer que la venta de las armas se hizo por motivos económicos y no ideológicos, para evitar especulaciones sobre que Al Qaeda ha conseguido infiltrarse en la Guardia Nacional saudí.