Cinco años después, con casi 4.000 soldados estadounidenses y 90.000 civiles iraquís muertos, la posición de George Bush respecto a la guerra de Irak permanece inalterable. "Derrocar a Sadam Husein del poder fue la decisión correcta. Esta es una guerra que EEUU puede y debe ganar", dijo el presidente el miércoles en un discurso en el Pentágono con el que conmemoró el quinto aniversario de la contienda. "La estrategia allí ha hecho más que dar la vuelta a la situación, ha abierto la puerta a un gran victoria estratégica en la guerra contra el terror", dijo.

Bush sacó pecho, arropado por las estadísticas que dicen que los índices de violencia en Irak han retrocedido de media a los niveles del 2005 gracias a su controvertida decisión de principios del 2007 de aumentar las tropas en el país árabe. "Los éxitos en Irak son innegables, pero aun así hay en Washington quien pide una retirada. Nadie dirá que esta guerra no ha supuesto un alto coste en vidas y dinero, pero son costes necesarios cuando consideramos el precio para nuestros enemigos de una victoria estratégica", dijo Bush, quien repitió que "derrotar al enemigo en Irak hará menos probable que haya que enfrentarse a ellos en casa". Por eso, en referencia al Partido Demócrata, la retirada no es una opción. "El próximo desafío es consolidar los beneficios obtenidos y sellar la derrota de los extremistas", afirmó el jefe de la Casa Blanca.

CONTRIBUCION Frente a la actitud belicosa de Bush, merece un capítulo aparte la contribución de España a la reconstrucción de Irak en los últimos cinco años, con una inversión económica de 188 millones de euros. Además, España tiene comprometidos con el Gobierno iraquí 61,4 millones mediante el Fondo de Ayuda al Desarrollo. Pero, más allá de la ayuda económica, también ha contribuido con otras medidas. Así, un total de 160 miembros del sistema policial y judicial iraquí recibieron formación en España el año pasado sobre derechos humanos y estructuras del Estado.