El presidente de EEUU, George Bush, se encuentra en plena crisis, con un enfrentamiento abierto con el Congreso. Ese duelo se agravó ayer, cuando el Senado confirmó su desafío al presidente aprobando por 51 votos contra 47 la propuesta de ley sobre financiación extraordinaria para Irak y Afganistán que fija el 31 de marzo del 2008 como fecha de retirada de las tropas. Aunque la guerra entre la Casa Blanca y las cámaras está asegurada, Bush aprovechó el miércoles la cena anual con la Asociación de Corresponsales de Radio y Televisión para tomarse un respiro cómico. Y triunfó.

La clave del éxito fue la disposición de Bush a reírse de sí mismo en la cena, una tradición establecida en 1924 por el entonces presidente Calvin Coolidge. Antes de que Karl Rove diera pie a un vídeo (prestándose a protagonizar y bailar un rap), Bush tomó el podio en el Washington Hilton y provocó las carcajadas de los asistentes. Con humor, se disculpó por la ausencia de Dick Cheney. "Ha tenido unas semanas duras --dijo--. Para ser honestos, estaba un poco dolido. Dijo que se iba a Afganistán, donde a la gente le gusta".

Bush abordó con entrega de cómico varios de los frentes que han puesto a su Administración en la picota. Y lanzó dardos a los demócratas. Apuntó a Nancy Pelosi diciendo: "Hay quien asegura que es mandona, cabezota y que es mejor no llevarle la contraria... Pero, hey, yo me llevo bien con mi madre".