El plan del presidente de EEUU, George Bush, de privatizar parcialmente la Seguridad Social para evitar su bancarrota choca con su propio partido, donde un creciente sector cree que no será aprobado por el Congreso porque ni siquiera la mayoría republicana lo respalda. "Ahora mismo, no es viable", confirmó ayer el senador republicano por Nuevo México, Pete Domenici. Los republicanos de la Cámara baja temen el impacto del plan en las elecciones parlamentarias del 2006. Ni un solo demócrata apoya la reforma.