"Es el tercero en la jerarquía de Al Qaeda, justo por detrás de Osama bin Laden y de Ayman al Zauahiri". Así definió un responsable del espionaje paquistaní al libio Abul Faraj al Libi, detenido el pasado fin de semana en Pakistán acusado de haber planeado los dos atentados que sufrió el presidente, Pervez Musharraf, en diciembre del 2003. "Es una captura muy importante", manifestó el ministro de Información, Sheik Rashid.

Las autoridades de este país consideran que el presunto terrorista libio había reemplazado a Jaled Sheij Mohamed, detenido en marzo del 2003, como jefe máximo de la organización terrorista en Pakistán. También se le acusa de haber dirigido varias "células durmientes" de Al Qaeda en Europa y EEUU. Los responsables del espionaje paquistaní aseguran que Libi "recibía instrucciones de Bin Laden", y que su prioridad en Pakistán era "eliminar a Musharraf".

Las circunstancias de su captura no están del todo claras. Según el ministro de Información paquistaní, fue detenido en la provincia de Waziristán, cerca de la frontera con Afganistán, junto con cinco colaboradores. Sin embargo, responsables de los servicios de seguridad afirman que la captura se produjo cerca de Peshawar, la ciudad más importante del noroeste del país. Las autoridades interrogan a Libi para obtener información acerca del paradero de Bin Laden.

Uno de los primeros países en reaccionar fue EEUU, que había ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares (3,9 millones de euros) por él. El presidente, George Bush, felicitó a Pakistán y proclamó que "la ofensiva seguirá hasta que Al Qaeda haya sido derrotada".