El proceso que sentará en el banquillo a los jemeres rojos por las atrocidades cometidas en Camboya hace casi 30 años dio ayer otro paso. Nuon Chea, el hermano número dos del régimen, fue detenido ayer en su casa por un escuadrón de las fuerzas especiales y policías camboyanos e internacionales. Nuon Chea fue trasladado en helicóptero a Phnom Penh, donde permanecerá detenido a la espera del juicio.

El acusado vivía como un hombre libre en Pailin, un antiguo baluarte de los jemeres rojos junto a la frontera tailandesa, desde que renunciara a la lucha armada en 1998 a cambio de la amnistía, como hicieron muchos de sus compañeros.

En su pequeña casa de madera en medio de un bosque vivía con su mujer, hijos y nietos. Tiene 80 años y una salud débil. "Estaba temblando y parecía que sus piernas se iban a quebrar", señaló uno de los cientos de testigos de la detención.

Nuon Chea era el más fiel colaborador de Pol Pot, el sanguinario líder de los jemeres rojos, y arquitecto de la demencial ideología jemer. Esta es la segunda detención del tribunal especial para Camboya, respaldado por la ONU. En julio fue detenido Kang Kek Ieu, alias Duch , exdirector del centro de torturas S-21, donde murieron miles de camboyanos sospechosos de ser contrarrevolucionarios. Kek Ieu señaló a Nuon Chea como el último supervisor de cuanto ocurría en el S-21 y le acusó de dar la orden de matar a todos los prisioneros cuando se acercaba a la capital el Ejército vietnamita, que acabaría con el régimen jemer.

Nuon siempre ha negado sus crímenes. Preguntado por la posibilidad de ser juzgado, respondió que estaría contento de ir para contar "la verdad". A los jemeres rojos se les responsabiliza de la muerte de entre uno y dos millones de camboyanos (de una población de siete millones) entre 1975 y 1979. Tras ser expulsados del poder, los jemeres se refugiaron en la jungla del noroeste de Camboya, donde lucharon hasta la amnistía de 1998.

Los jemeres establecieron su Año Cero al subir al poder y se esforzaron en conseguir una utopía agraria campesina que pasaba por el abandono forzoso de las ciudades. El resultado fue un régimen de terror y muerte en el que la población fue diezmada por hambrunas, enfermedades y trabajos extenuantes.