Lenta hasta lo exasperante, la justicia camboyana sigue sentando en el banquillo a responsables jemeres. El tribunal especial acusó formalmente a cuatro exaltos cargos del régimen de Pol Pot de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad. El juicio empezará el año próximo.

Los acusados son Khieu Samphan, exjefe de Estado del Jemer Rojo; Nuon Chea, principal ideólogo; Ieng Sary, exministro de Asuntos Exteriores y cara más visible; e Ieng Sary, su esposa y entonces a cargo de Asuntos Sociales. Los cuatro, de entre 78 y 84 años y salud precaria, permanecen encarcelados desde su detención hace tres años. Sus apelaciones contra la orden de arresto han sido desestimadas.

Los acusados siguen la senda de Gang Gueck Ue, más conocido como Duch. El director de la infame cárcel S-21, donde murieron unos 15.000 camboyanos, fue recientemente condenado a 30 años, que descontados los ya cumplidos, se quedan en 19. La sentencia fue ampliamente criticada por suave por los millones de víctimas del régimen.

Los expertos juristas daban por cierta la condena a Duch, único acusado que ha reconocido su culpabilidad. Sobre los cuatro mandos hay más dudas, por cuanto deberá probarse que estaban al tanto de todo lo que ocurría en el país, extremo que han negado repetidamente.

El juicio a los jemeres rojos empezó 30 años después de que las tropas vietnamitas los echaran del poder. Las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya, nombre oficial del tribunal, se crearon en el 2006. El Gobierno camboyano ha entorpecido su funcionamiento para impedir que alguno de sus miembros salga salpicado. El primer ministro, Hun Sen, fue un cargo medio jemer y los expertos creen que los cuatro acusados podrían comprometerle.