El Gobierno de coalición británico puso ayer por primera vez a prueba su autoridad en la votación de la subida de las tasas universitarias en Inglaterra. Y la disciplina solo funcionó a medias. La subida fue aprobada con el apoyo de 323 parlamentarios y el rechazo de 302. Los 21 votos de diferencia representaban la cuarta parte de la mayoría de 84 escaños con que cuenta la coalición. Tres ayudantes ministeriales, dos liberaldemócratas y un conservador dimitieron de sus cargos como protesta, mientras la rebelión entre diputados alcanzaba niveles insospechados.

En la calle, cerca del Parlamento, miles de estudiantes volvieron a protagonizar una batalla campal. Un grupo intentó entrar en el Ministerio de Finanzas. La policía informó de al menos 18 heridos --seis de los cuales tuvieron que ser hospitalizados-- y decenas de detenciones.