La próxima comparecencia de Karl Rove ante el gran jurado que investiga en Washington la filtración de la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame en el 2003, como presunta represalia por las críticas a la guerra de Irak formuladas por su esposo, el diplomático Joseph Wilson, ha puesto nerviosos a los círculos conservadores estadounidenses e inquieta a la Casa Blanca.

El fiscal, Patrick Fizgerald, ya advirtió de que puede procesar a Rove, arquitecto de las victorias electorales de George Bush, si se comprueba su intervención en el caso. La comparecencia, la cuarta de Rove, será la próxima semana.