Cazabombarderos F-16 escoltaron al menos a dos aviones de Air France que aterrizaron en Los Angeles el martes y el miércoles, según las autoridades de EEUU. Además, 247 pasajeros de un avión de la compañía British Airways fueron interrogados durante cinco horas el pasado 31 de diciembre tras aterrizar en el aeropuerto de Washington.

La alerta naranja (la segunda más alta de la escala) decretada por Washington el 21 de diciembre ha provocado que el Ejército haya tomado los aeropuertos y que los bomberos y los soldados hayan sido los encargados de dar la bienvenida a los turistas que llegaban al país estos días.

Los cazabombarderos escoltaron los aparatos de Air France porque, según el Departamento de Estado, había pruebas de que terroristas habían planeado un atentado. Los días 24 y 25 de diciembre, las autoridades de EEUU ya obligaron a la compañía francesa a suspender su vuelo diario a Los Angeles por la misma razón. Debido a esta política de seguridad de EEUU, Air France se ha comprometido a facilitar las listas de los pasajeros que vayan en "vuelos sospechosos" una hora antes del despegue y no en pleno vuelo como hasta ahora. La Casa Blanca anunció que intentará imponer este sistema a otros países.

Los que también se vieron perjudicados por estas normas antiterroristas fueron los 247 pasajeros y los 13 tripulantes que el día 31 tenían previsto celebrar la Nochevieja con sus familiares en Washington y que finalmente la festejaron entre agentes del FBI. El avión aterrizó en el aeropuerto internacional Dulles a las siete de la tarde y no salieron del aparato hasta las diez.

La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Rachel Sunbarger, explicó que la información recibida por el Gobierno daba motivos para una vigilancia e inspección de ese vuelo y agregó que se realizó una revisión especial del equipaje.

Uno de los pasajeros, David Litwick, declaró a una televisión de Washington que cuatro agentes del FBI habían hablado durante mucho tiempo con una mujer que parecía oriunda de Oriente Próximo.

A estas estrictas normas, se sumó la semana pasada la demanda de Washington de imponer agentes armados en los vuelos internacionales con destino o procedencia EEUU. Las reacciones de los gobiernos son escasas pero ayer ya se supo la del Ejecutivo alemán ("no tenemos ningún problema para hacerlo", dijo un portavoz del Ministerio del Interior) y la del danés: "Es un mala idea".