La región del centro de Italia de los Abruzos ha sido asolada esta madrugada, a las 3.32 horas, por un terremoto de 5,8 grados de magnitud en la escala de Richter que ha causado casi un centenar de muertos y 1.500 heridos, según el último balance provisional. A consecuencia del seísmo, además, han quedado destruidos varios pueblos, se han hundido 10.000 edificios y 50.000 personas se han quedado sin casa. Los evacuados se cuentan por decenas de miles.

El Gobierno italiano ha proporcionado una cifra provisional de "más de 50 muertos", pero las imágenes que ofrecen las televisiones son las de un desastre de enormes proporciones, con personas que salen de entre los escombros cubiertas de polvo, socavones enormes y edificios reducidos a polvo.

Esta mañana, a las 9.16 horas, se ha registrado otro seísmo. La réplica, de 3,8 grados en la escala de Richter, se producido en las proximidades de L'Aquila.

Equipos de rescate

El ministro de Interior italiano, Roberto Maroni, ha explicado que los servicios de socorro salieron "un cuarto de hora después" y que no se puede "reaccionar más rápido". Sin embargo, el desastre ha sobrepasado toda capacidad de reacción de los equipos de rescate.

La dimensión de la catástrofe es tal que el propio ministro de Sanidad, Maurizio Sacconi, ha hecho un llamamiento para que se done sangre.

Los medios locales han recogido situaciones como la de un joven ingeniero que ha declarado a La Repubblica que permaneció durante tres horas bajo los escombros mientras escuchaba "sonar el móvil, sin poder cogerlo" hasta que varias personas lo rescataron "con sus propias manos".

La capital de la región de los Abruzos, L'Aquila, a unos 85 kilómetros al noreste de Roma, es el núcleo de la catástrofe. La ciudad, de 80.000 habitantes, ha quedado cortada por carretera y los trenes no pueden acceder a la estación.

Pequeños temblores previos

En la región se registraron durante el fin de semana pequeños temblores que precedieron al gran seísmo de esta madrugada. Sin embargo, el jefe del servicio italiano de Protección Civil, Guido Bertolaso, ha dicho que era "imposible prever" el terremoto.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que ha cancelado su visita oficial a Rusia, ha decretado el estado de emergencia, además de convocar para esta tarde un consejo de ministros extraordinario. Berlusconi también ha instado a "dejar a un lado la polémica" y a "ayudar a quien lo necesite".