"Los que están cercando a nuestro Gobierno son los mismos que manejaron Brasil 500 años y aumentaron las desigualdades", aseguró ayer el principal dirigente del Partido de los Trabajadores (PT- oficialismo), Tarso Genro. La escalada de denuncias de corrupción siguen carcomiendo la popularidad del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y hacen tambalear a su ministro de Economía, Antonio Palocci, acusado de amparar acciones ilegales cuando era alcalde de Ribeirao Preto.

Genro habló el viernes en el primer acto público que el PT hace en Sao Paulo desde que el escándalo de los sobornos puso al Gobierno de Lula contra las cuerdas, tres meses atrás. "Tenemos vergüenza por nuestros errores y esos compañeros que se equivocaron tendrán que asumir las consecuencias. Pero el PT no está muerto, sino que reorganiza sus fuerzas", aseguró.