El presidente venezolano, Hugo Chávez, alimentó ayer las especulaciones sobre la gravedad del estado de salud del presidente cubano, Fidel Castro, quien hace casi medio año dejó el poder de forma provisional a su hermano Raúl tras una grave operación intestinal de la que no acaba de recuperarse. Chávez afirmó en sentido metafórico que "Fidel está de nuevo en Sierra Maestra", la cordillera del este de la isla donde inició la revolución hace más de medio siglo, pero esta vez "dando una batalla por la vida". Si bien afirmó que tiene fe en su recuperación, el gobernante venezolano dijo de él: "Es uno de esos hombres que nunca morirá, como el Che Guevara".

Hugo Chávez dedicó al mandatario de Cuba buena parte de su discurso ante la Asamblea legislativa de Río de Janeiro, que le otorgó la medalla Tiradentes --apodo de Joaquín José da Silva, un héroe independentista brasileño del siglo XVIII-- para "manifestar el apoyo y solidaridad del estado de Río de Janeiro y de Brasil a un político que busca nuevas alternativas y nuevos caminos para su pueblo".

"Fidel está atravesando una situación nada fácil", reconoció tras desmentir a "quienes quieren que Fidel se muera y andan repitiendo todos los días que ya está muerto, que ya se murió".

Casi al mismo tiempo, el representante de la mayoría demócrata en el Senado estadounidense, Henry Reid, afirmó que el dirigente venezolano y el líder cubano son parte de los desafíos que enfrenta Washington, e incluso los comparó a Al Qaeda. Mientras, el senador demócrata Ken Salazar señaló que el presidente de EEUU, George Bush, "ha desatendido" a América Latina en los últimos seis años y que ese "vacío" lo ha llenado Chávez.

Por otra parte, unos 300 exiliados cubanos se manifestaron en Miami para pedir la libertad del anticastrista Luis Posada Carriles, acusado por Cuba y Venezuela de la voladura de un avión de Cubana de Aviación en 1976, que acarreó 73 muertos.