La huelga general en Venezuela cumplió ayer su séptimo día y entró en una fase crítica en lo que respecta a la industria petrolera, que sufre la parálisis de importantes instalaciones. En un discurso pronunciado la madrugada de ayer, el presidente Hugo Chávez denunció que sus adversarios intentan derrocarlo a través de un "golpe petrolero". Chávez insinuó, no obstante, que está dispuesto a declarar el estado de emergencia, al señalar que activará todos los mecanismos necesarios para impedir la paralización de una industria que genera el 80% de las divisas que entran en el país.

MAS SEGURIDAD

Como primera medida, Chávez anunció la reestructuración de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la activación de dispositivos militares de seguridad en las instalaciones petroleras. Así, ya ayer, algunas estaciones de servicio de Caracas y el colindante estado de Vargas amanecieron protegidas por soldados. Según un comunicado del jefe de la guarnición de Caracas, general Jorge García Carneiro, el despliegue de tropas forma parte de una operación especial de seguridad destinada a "garantizar la venta de gasolina", informa Efe.

Mientras, la polarización social y política se agudiza en el país, con el llamamiento de los líderes opositores y del propio presidente Chávez a permanecer en las calles "pacíficamente".