En medio de una amplia protesta con cacerolas, alarmas y silbatos, pero también de una gran fiesta popular organizada por el propio Gobierno, el canal 2 de la televisión de Venezuela dejó de emitir la pasada medianoche la señal de la cadena privada Radio Caracas Televisión (RCTV), para convertirse en una "televisión socialista de servicio público" gestionada por la Fundación Televisora Venezolana Social. Tras negar la renovación de la licencia a la televisora más antigua del país, a la que acusa de "golpista", el presidente, Hugo Chávez, afirmó que "la oligarquía está tratando de alterar la paz" y advirtió: "Si generan violencia, se van a arrepentir; profundizaríamos la revolución. El camino al socialismo no tiene vuelta atrás".

En un fin de semana en el que la oposición tomó de nuevo las calles de Caracas para abogar por la libertad de expresión y protestar por el fin de RCTV, Chávez ocupó las cadenas de radio y televisión con una larga cadena nacional , para asumir la responsabilidad de negarle las ondas a "esa televisora que, con su atropello permanente de la moral pública nacional, se convirtió en una amenaza para el país".

El gobernante criticó a las entidades europeas y americanas que han "querido intervenir en un asunto interno de soberanía nacional", y exclamó: "¿Qué tienen que ver ellos? ¡Que se ocupen de sus cosas!".

Mientras RCTV se despedía de su audiencia --más del 40% de los televidentes--, sus abogados denunciaron que se estaba "pasando de un cierre legal a una confiscación ilegal". El responsable jurídico de la cadena, Oswaldo Quintana, señaló que el Gobierno iba a incautar su material porque "no tiene capacidad técnica como para crear la televisión de la que habla".

Aún así, los portavoces del Gobierno insistían en que "la no renovación de la licencia no significa el cierre del canal, que puede seguir ofreciendo su programación a través de la televisión por cable o satélite".