Venezuela dijo no al socialismo y a la reelección indefinida del presidente, Hugo Chávez, merced a un vuelco espectacular del propio electorado chavista en la mayor parte del país. Algo más de la mitad de los electores (50,7%) apretaron el botón del no en el plebiscito del domingo y el gobernante se tuvo que envainar los cambios constitucionales que ya había aprobado la monocolor Asamblea Nacional. Ni siquiera los gobernadores oficialistas fomentaron un triunfo del que les hubiera quitado su poder.

Hugo Chávez aceptó el resultado no como "una derrota", sino como un "por ahora" --frase que le catapultó a la política al rendir su intento golpista de 1992--, y dijo que no cambiará "ni una coma" de esa reforma. Pero su primer resbalón, tras 11 victorias consecutivas en las urnas a lo largo de nueve años, mostró el hartazgo ante su discurso, frenó en seco un avance que parecía imparable y abrió nuevas perspectivas para este país caribeño.

FINAL DE INFARTO Fue un final de foto de llegada que llegó a provocar tensión y conatos de violencia, pero que acabó en un gran festejo en las calles del este residencial de la capital, Caracas, al igual que en otras ciudades del país y también del extranjero. Una fiesta bajo el grito unánime de "¡Estudiantes, estudiantes!", en homenaje a la juventud que protagonizó el rechazo a las medidas chavistas y acabó por unir a una oposición que discutía si abstenerse o ir de nuevo a las urnas con un sentimiento de derrota anunciada.

En la sede del Comando del No, en una sala de fiestas de La Castellana, el líder estudiantil Yon Goicoechea escuchó en la madrugada de ayer, de pie frente al televisor, los primeros resultados ofrecidos tardíamente por el Consejo Nacional Electoral. Cuando estallaba la euforia contenida, Yon se echó a llorar.

Mientras Chávez hablaba de una victoria "pírrica" y "chiquitica" que él no "hubiera querido", la fiesta se extendió por la zona acomodada del este caraqueño: Altamira, Las Mercedes, El Cafetal, Los Naranjos. Y, en el resto del país, por Zulia, Táchira, Altos Mirandinos, Anzoátegui, Carabobo. El (49,29%) perdió en 14 de los 23 estados de Venezuela. Ni la propia oposición contaba con dos estados a su favor. Los cohetes estallaron donde menos estaban preparados, al mismo tiempo que el Gobierno retiró a toda prisa de los periódicos las dos páginas en las que iba a felicitar al pueblo por su apoyo.

Frente al palacio presidencial de Miraflores, unos pocos chavistas consumieron sus cervezas sin apenas atender las palabras de su comandante, que consideraba "un gran salto político" que casi cuatro millones de electores votaran a favor de la "construcción del socialismo". Por contra, los escuálidos perdían ese título que les endilgó el presidente y se felicitaban por doquier: "Por primera vez en nueve años tendremos Navidad".

META PROXIMA La oposición, de momento, se limitó al festejo, pero ya sus dirigentes empezaban a cavilar en qué asador iban a poner toda la carne. Unos miraban el mapa del país, donde solo permanecen dos gobernadores del oficialismo, y veían una meta próxima en las municipales y estatales del año que viene.

Otros proponían fomentar el consenso cara a una nueva Asamblea Constituyente. Algunos opinaban que hay que preparar un nuevo referendo revocatorio para la mitad del mandato presidencial, dentro de dos años. Muchos sugerían empezar a perfilar la figura de un contrincante más convincente que los anteriores, cara a las presidenciales del 2013.

Tanto la campaña como el retraso en la difusión de los resultados mostraron que el chavismo sufre disensiones internas, precisamente cuando el gobernante quería unificarlo en un poderoso Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV). Los duros propugnaban ayer que Chávez vaya aplicando sus cambios con las leyes para las que está habilitado. Otros opinaban que "el presidente debe meditar" y trazar un rumbo menos radicalizado para el futuro.

Uno de los políticos jóvenes con más futuro, Leopoldo López, alcalde del municipio caraqueño de Chacao, recordó que el plebiscito significaba "elegir entre dos países: el del socialismo autoritario y el de la democracia".