La campaña electoral para las elecciones legislativas de mañana en Venezuela se cerró con los actos multitudinarios del oficialismo y la oposición y la previsión del presidente, Hugo Chávez, de que va a ganar "por KO" los comicios. Hasta aquí, un observador desprevenido creería estar ante una campaña convencional. No ha sido así.

Las diferencias en recursos, control institucional y estrategia política de los dos bandos enfrentados por ganar los 165 escaños de la Asamblea Nacional llevaron a hacer campañas tan divergentes que podría pensarse que son dos comicios distintos.

El oficialismo liderado por el PSUV --que preside Hugo Chávez-- ha centrado su mensaje en la continuidad del proyecto del mandatario. Su rostro ha sido exhibido en carteles y vallas, dando la impresión de que se trataba de unas elecciones presidenciales. El gobernante ha participado en todos los actos relevantes de su partido, en los que ha repetido: "Huele a 2012, estoy precalentando motores (para los comicios presidenciales)".

"El Gobierno trató de transformar la elección en un plebiscito en torno a Chávez", explica Angel Alvarez, director del Instituto de Investigaciones Políticas de la Universidad Central. Argumenta que esto se debe a que el presidente es el activo fundamental del oficialismo. "El Gobierno tiene pocas obras que mostrar; lo que vende es la identificación con Chávez", aclara.

Frente a la campaña oficialista, la oposición ha centrado su discurso en la evaluación de las áreas más deficientes de la gestión del Gobierno. "La estrategia de la Unidad se enfocó en el mensaje de lograr una Asamblea Nacional plural y en colocar el debate en la gestión del Gobierno", destaca el politólogo Ricardo Sucre al valorar la actuación de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bloque opositor que reúne a más de 20 partidos políticos nacionales y una decena de agrupaciones regionales. La oposición se ha unido en estos comicios para intentar regresar a la Asamblea, que boicoteó en el 2005.

CUATRO HORAS DIARIAS EN TV Para Sucre, lo más novedoso en la campaña "fue el clima de terror creado por el Gobierno con un discurso muy amenazante". El Consejo Electoral permitió al gobernante participar en la campaña con el argumento de que es un actor político, a pesar de que la oposición señaló que ello es inconstitucional y denunció el uso de recursos del Estado en la campaña oficialista. En los primeros 15 días de campaña Chávez apareció en televisión cuatro horas diarias de media.