El presidente venezolano, Hugo Chávez, supervisó ayer la descarga de 525.000 barriles de gasolina y siguió inclinando a su favor el pulso sobre el petróleo al cumplirse 27 días del paro cívico con el que la oposición quiere derrocarlo. Aunque el Gobierno retomó pozos y refinerías, y afirmó que este fin de semana podrá "normalizar el abastecimiento de gasolina y gas en Caracas", aún no se vislumbra el final del conflicto.