Digan lo que digan los rumores, el vicepresidente Dick Cheney se presentará a las elecciones de noviembre de la mano de George Bush. "El presidente ha dejado muy claro que quiere que me presente otra vez con él, que no quiere romper el equipo", aclaró ayer el propio Cheney, para muchos el verdadero líder en la sombra de EEUU.

Con estas declaraciones, que emitirá el domingo la cadena televisiva C-SPAN, Cheney trata de zanjar las especulaciones de los corrillos políticos sobre su sustitución. El jueves, The New York Times se hizo eco de la última teoría al respecto: el fulminante reemplazo del médico que atiende los problemas cardiacos del vicepresidente se debe a la intención de nombrar a otro que le declare incapacitado para presentarse a otro mandato por razones de salud, ya que ha sufrido cuatro ataques de corazón y tiene 63 años.