El Gobierno de Chile considera que la petición de asilo político que Lucía Pinochet ha hecho ante las autoridades de EEUU es poco menos que un disparate y confía en que será rechazada. Con esta contundencia se expresó ayer el ministro de Exteriores de este país, Ignacio Walker, que en declaraciones a una radio local calificó la solicitud de "surrealista". La hija mayor del dictador Augusto Pinochet fue retenida el miércoles en el aeropuerto Dulles de Washington por orden de la justicia chilena, que la acusa de evasión de impuestos.

En la Radio Cooperativa de Santiago, el responsable chileno declaró que la petición de asilo "tiene credibilidad cero" y "atenta contra el sentido común", y expresó su "absoluta convicción" de que Washington obrará en consecuencia. El titular de Exteriores explicó que se había puesto en contacto con la Embajada de EEUU una vez conocida la solicitud de asilo para exponer sus puntos de vista.

UNA MANIOBRA EVASIVA La hija del dictador salió de Chile el pasado domingo, la víspera de que el juez Carlos Cerda la procesara, junto con otros cuatro miembros de la familia, por fraude fiscal. Cruzó por tierra la frontera con Argentina y en Buenos Aires abordó un vuelo con destino a Washington. Para muchos, una maniobra de evasión; para su hijo, Rodrigo García, que la acompañó hasta la capital argentina, un desplazamiento más.

Las autoridades estadounidenses tienen un plazo de tres días para tomar una decisión sobre la petición de asilo. El Departamento de Seguridad Nacional divulgó un comunicado donde explicó que Lucía Pinochet está bajo custodia del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza "a la espera de una resolución sobre su estatus migratorio", aunque declinó confirmar la existencia de la solicitud de asilo.

La hija de Pinochet fue trasladada ayer a un centro de detención de inmigrantes mientras se decide su futuro inmediato.