El rescate de los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto en la mina San José, en la localidad chilena de Copiapó, está cada vez más cerca. Tanto que casi ha pillado a muchos por sorpresa teniendo en cuenta que se había barajado tener en casa a los mineros para comer los turrones. El ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunció ayer que el próximo martes se iniciará la evacuación. El adelanto de las fechas ha sido posible gracias al avance de la perforadora T-130, que ayer alcanzó los 585 metros de profundidad, situándose a tan solo 40 metros del refugio en el que se encuentran los mineros.

Las reacciones de alegría no se hicieron esperar ayer entre los familiares apostados en la boca de la mina a la espera del reencuentro con sus familiares sepultados, pero también hubo quien optó por la prudencia a la espera de que ningún contratiempo altere el final feliz.

Precisamente, para curarse en salud ante cualquier contingencia, el ministro de Minería, Laurence Golborne, insistió en que otras dos máquinas continúan trabajando en sendos planes alternativos.