Los chilenos eligen hoy un nuevo presidente y renuevan el Congreso en unas elecciones en las que por primera vez la figura del dictador Augusto Pinochet carece de influencia política y una de sus víctimas en los años de terror, la socialista Michelle Bachelet, tiene las mayores posiblidades de gobernar este país los próximos cuatro años.

El último sondeo pronosticó que Bachelet, la candidata de la Concertación Democrática --coalición de socialistas, radicales y democristianos que está en el poder desde 1990-- obtendrá el 41% de los votos. Con ese resultado, no podrá cantar victoria en la primera vuelta y deberá enfrentarse el 15 de enero con el representante de una de las dos fuerzas de la derecha que en las últimas horas se disputaban palmo a palmo el segundo lugar.

LOS INDECISOS, CLAVE Sebastián Piñera, de Renovación Nacional (RN), le sacaba una mínima ventaja a Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Pero una importante franja de indecisos, por lo general simpatizantes de Pinochet, pueden inclinar la balanza a favor del segundo. El oficialismo prefiere ir a un balotaje con Lavín, miembro del Opus Dei, y que, por sus posiciones, tiende a polarizar mucho más la disputa.

En 1999, el actual jefe de Estado, Ricardo Lagos, se impuso a Lavín en una reñida segunda vuelta en la que necesitó los votos de la izquierda extraparlamentaria. En esta oportunidad, ese segmento presenta a Tomás Hirsh como candidato. Algunos sondeos le dan hasta el 7% de los votos. Esos sufragios, en la segunda vuelta, irán en su gran mayoría para Bachelet y, se cree que pueden decidir el resultado.

Las diferencias con las elecciones pasadas son significativas. En diciembre de 1999, Chile salía de una crisis económica, Pinochet estaba detenido en Londres pero tenía un fuerte respaldo militar y social. Además, la Constitución de la dictadura continuaba vigente y limitaba la calidad institucional de este país. Seis años más tarde, se ha retomado la senda del crecimiento, se ha reducido el paro y la pobreza y se han suscrito importantes tratados de libre comercio con la UE, Canadá, Corea del Sur y recientemente China.

Pinochet se encuentra bajo arresto domiciliario y procesado por ocultar su fortuna y los asesinatos de numerosos opositores. El dictador se ha quedado solo. La Carta Magna, en tanto, ha sido reformada: los militares han dejado de ser una fuerza tutelar y se ha eliminado la censura. Todavía queda como lastre el sistema electoral que impide la llegada al Congreso de las minorías.

Los cambios también se reflejarán en el Congreso, donde se eligen los 120 integrantes de la Cámara de Diputados y 20 de los 38 integrantes del Senado. Por primera vez desde 1990, y en virtud de la reforma constitucional de este año, el Parlamento ya no tendrá los senadores vitalicios (expresidentes y comandantes de las Fuerzas Armadas, que hace 16 años fueron elegidos a dedo por Pinochet). Según las encuestas, la Concertación tendrá mayoría en las cámaras con una fuerte presencia socialista.

El tono de la campaña subió tímidamente su voltaje antes de su cierre. "Primero dijeron que era una gordita simpática. Después que no tenía preparación ni experiencia. Pero vamos a ganar el domingo y el 15 de enero", pronosticó Bachelet.