El disidente político chino Hu Jia ha sido condenado a tres años y medio de cárcel por "difamar el sistema político y social chino e instigar a la subversión del Estado", según la sentencia. Hu es el más mediático y tenaz defensor de los derechos humanos en China: ha criticado la política sanitaria y el trato que sufren enfermos de sida y hepatitis, ha protestado contra la brutalidad policial, ha pedido reformas democráticas y el final de la represión en el Tíbet. China negó estar incrementando el control sobre los activistas y defendió que solo había aplicado la ley. Organizaciones de derechos humanos, EEUU y la UE pidieron su inmediata liberación.