La clausura de la Asamblea Nacional Popular (ANP, legislativo) mostró la fidelidad innegociable de China al paso que dictó Deng Xiaoping hace ya 30 años: inmovilismo político y apertura económica. Los 3.000 diputados aprobaron en la mañana de ayer, con la acostumbrada mayoría aplastante, la ley que protege la propiedad privada, pulverizando uno de los pilares que aún conservaba la política económica maoísta.

Minutos después, el primer ministro, Wen Jiabao, reivindicó en rueda de prensa la democracia socialista . La democracia no tiene el mismo significado en China que en otras partes. No implica elecciones directas. "Democracia, derechos humanos, libertad, igualdad y el sometimiento a la ley no son valores exclusivos del capitalismo, sino de todo los seres humanos, y no están reñidos con el socialismo", clamó.

En los días anteriores a la ANP, un antiguo periodista del diario China Daily y un vicepresidente de la Universidad de Pekín habían animado al Gobierno a abrir la mano política, y Wen había sofocado el conato de diálogo político respondiendo que el socialismo chino permanecería en la misma fase durante 100 años más. Las palabras de Wen de ayer contestaron a una pregunta de un periodista francés sobre si eso implicaba que China tardaría un siglo en ser democrática.

ACLARACION Lo que había querido decir, aclaró, es que pasará un "largo tiempo" para que el socialismo chino pase de "maduro a inmaduro, de imperfecto a perfecto". "Cada país tiene derecho a buscar su democracia en función de su desarrollo", dijo. China, añadió, aspira a que las personas "sean dueñas de su propia casa", para lo que es necesario "crear las condiciones para que puedan supervisar mejor y criticar el Gobierno".

Es habitual, durante las dos semanas que dura la ANP, que periodistas chinos pregunten con orgullo a los extranjeros lo que piensan de la democracia china , y que las opiniones entusiastas salgan publicadas. La clase política y la mayoría de la población, mucho más preocupada en prosperar que en alcanzar una democracia al uso occidental, ven en el férreo timón político la mayor garantía de la estabilidad que requiere el crecimiento económico. China tiene muy próximo el paso ruso del socialismo al capitalismo, con episodios de anarquía y saqueo del Estado. Un vídeo con la transición rusa fue mostrado el año pasado a los funcionarios del Partido Comunista Chino para que evitaran algunos de los errores de Moscú.

Un funcionario de la agencia de derechos humanos opinó recientemente que las elecciones son inviables en un país tan poblado como China. Tras ser mencionado el caso de la India, respondió: "Si allí es necesaria una carretera, se han de poner de acuerdo tres gobiernos de diferente nivel. Eso se traduce en años o décadas. Si aquí es necesaria, se hace. La diferencia es que nuestra economía crece al doble de velocidad".

MENOS CRECIMIENTO Wen repasó luego el discurso oficial: la pertenencia de Taiwán y Tíbet a China, el compromiso ecológico, la amenaza a los corruptos y el pronóstico de que la economía, que suele superar el 10%, crecerá al 8%. El día de ayer será recordado por la ley que protege la propiedad privada por primera vez desde que Mao la nacionalizara. Al final, los legisladores aplaudieron en pie tras aprobarla por 2.799 votos a favor, 37 abstenciones y 52 en contra.

La ley pone fin a 14 años de lucha entre ortodoxos y reformadores. También resuelve un embrollo teórico: el artículo 12 de la Constitución defiende la "sacrosanta propiedad pública socialista", mientras que el histórico artículo 14, introducido en el 2003, reconoce la privada.