La película Vivir (Huozhe) , de 1994, es una forma rápida de acercarse a la historia contemporánea china. Yang Zhimou disecciona a través de una familia y con apenas un par de trazos la guerra civil, las hambrunas del Gran Salto Adelante o la esquizofrénica Revolución Cultural. Tras décadas de encadenar penalidades y muertos los dos hijos, el matrimonio le promete a su nieto, aún niño: "De mayor, tú pilotarás aviones".

China celebra hoy el 60 aniversario del seminal discurso de Mao en la plaza de Tiananmen con la certeza de un pasado tan doloroso como lejano y un presente solo superable por el futuro. Lo celebra con ese paquidermismo de nuevo rico que irrita a Occidente, y esta vez con el añadido del protagonismo de las fuerzas armadas. El plato fuerte es un desfile militar con 8.000 soldados y 100.000 figurantes. Yimou será el encargado de dirigir el desfile, después de su éxito olímpico y muy lejanos sus tiempos de enfant terrible.

Para mostrar su auge, Pekín colocará en el escaparate de la Avenida de Changan (Paz Eterna) a lo mejor de su Ejército. La capital amaneció ayer con la peor neblina del año, amenazando el desfile y las acrobacias aéreas. Las autoridades advirtieron que dispararían yoduro de plata para conseguir lluvia artificial y limpiar el ambiente, como es habitual. En la madrugada de hoy ya se escuchaban truenos y caían las primeras gotas.

ALTA SEGURIDAD La paranoia por la seguridad ha superado cotas precedentes. Ni siquiera los Juegos Olímpicos habían justificado tal despliegue. Unos 10.000 policías y guardias de seguridad y 800.000 voluntarios han tomado la ciudad, al mismo tiempo que Pekín acotaba el ciberespacio. Esas son medidas habituales. Además, se han cortado calles céntricas y ordenado el cierre de restaurantes, hoteles y tiendas.

El desfile solo será visto por 30.000 personas elegidas. La prensa local aconsejaba a los pequineses que recurran a la tele. Ni siquiera podrán verlo los que viven en las calles por donde pasa. Además de tener prohibido invitar a nadie, deberán bajar las persianas y abstenerse de salir al balcón. Se les ha advertido de la presencia de francotiradores.

La ciudad vive estos días inmersa en el nacionalismo, que en China es más festivo y familiar que reivindicativo. Las calles están salpicadas de banderas rojas que los pequineses compran por 19 yuanes (dos euros). Muchos usuarios se han sorprendido al escuchar como sintonía de espera la canción patriótica Nación , instalada por la principal compañía de telefonía móvil del país. Como en los Juegos Olímpicos, miles de flores dibujan mensajes en parques y calles.