La orden de arresto contra el presidente de Sudán fue bien recibida solo en Occidente. La Unión Africana tratará de convencer a la ONU para que la deje sin efecto, y China instó a "escuchar" a los africanos. La postura de Pekín, con intereses petrolíferos en Sudán, ha sido siempre polémica, por sus ventas de armas a Jartum y el bloqueo en la ONU de las sanciones contra el régimen. Para Rusia, Bashir "goza de inmunidad" y el mandato del TPI "va a establecer un peligroso precedente". Irán cree que se trata de una decisión "injusta".