Una copiosa lluvia de millones permitirá fortalecer el eje chino-africano, que debilita ya la tradicional hegemonía de Occidente. Wen Jiabao, el primer ministro chino, prometió ayer 10.000 millones de dólares (6.736 millones de euros) en préstamos bonificados al continente negro, cifra que dobla los 5.000 millones de dólares (3.368 millones de euros) que ya han llovido en los últimos tres años.

El triunfal anuncio de Wen llegó en el cuarto Foro China-Africa (Focac) que empezó ayer en el balneario egipcio de Sharm el Sheij con representación de 50 países africanos. El objetivo del Focac es trazar la colaboración entre países con múltiples intereses en común. "El apoyo chino a Africa es real y sólido y, en el futuro, sin importar las turbulencias que sufra el mundo, nuestra amistad no cambiará", precisó Wen en el discurso inaugural.

También animó a la comunidad internacional a sumarse a ayudar a un continente cuyo "desarrollo es clave para el funcionamiento del mundo". El presidente egipcio, Hosni Mubarak, celebró el anuncio y calificó la reunión de "nueva etapa" y de "importante paso adelante".

Además de los créditos futuros, Wen prometió cancelar o reducir muchos de los concedidos en el pasado a los países con más dificultades. La lista de compromisos chinos incluye proyectos de energías limpias y el desarrollo de la educación y la ciencia. La inversión directa china en Africa se ha multiplicado por 15 entre el 2003 y el 2008 y la tendencia es que vaya a más. A China le interesan las reservas energéticas africanas para alimentar la caldera de su locomotora económica. Africa también es un vasto territorio para colocar sus manufacturas baratas.

A cambio, Africa recibe infraestructuras y un trato de igual a igual. Occidente mira con recelo esos vínculos y no son raras las acusaciones de neocolonialismo.