Los líderes grecochipriota, Dimitris Christofias, y turcochipriota, Mehmet Alí Talat, lanzaron ayer el proceso de negociación para acabar con la división de Chipre. En un ambiente optimista, según subrayaron ambas partes, los presidentes del sur y el norte de la isla mantuvieron una entrevista de varias horas en el antiguo aeropuerto de Nicosia, un edificio ruinoso desde los enfrentamientos interétnicos ocurridos durante los años 70, situado en zona de nadie y controlado por la fuerza de pacificación de las Naciones Unidas.

Talat y Christofias se mostraron de acuerdo en que el proceso de paz, enésimo intento por llegar a un acuerdo desde la división de 1974, llegará a buen puerto en breve. Para el turcochipriota, las negociaciones podrían concluirse "antes de fin de año", aunque según el Gobierno grecochipriota no se pueden establecer plazos. Con todo, el enviado especial de las Naciones Unidas para la cuestión de Chipre, el australiano Alexander Downer, calificó el encuentro de "día histórico para Chipre".

En esta ocasión, los analistas turcos y griegos señalan que existen claras posibilidades de conseguir un arreglo satisfactorio debido a la camaradería entre ambos líderes y su postura favorable a la reunificación y por la coyuntura internacional. El Gobierno turcochipriota (solo reconocido por Ankara) se apoya en las proclamaciones unilaterales de independencia de Kosovo, Osetia del Sur y Abjasia para presionar a la República de Chipre, que había permanecido a la defensiva en las negociaciones desde que pasó a ser miembro de la UE en el 2004. La táctica de Talat es aprovechar el miedo que levanta el precedente de estos tres territorios secesionistas y forzar a los grecochipriotas a negociar una solución rápidamente.

"No ha habido sorpresas. Ha sido como siempre", describió Christofias, quien subrayó que el peso de las negociaciones lo llevan los grupos de trabajo establecidos en marzo, que intentan acercar posiciones en temas que aún provocan división.

TEMA ESPINOSO La cuestión más espinosa resulta la presencia de 40.000 soldados turcos en el norte de la isla desde 1974. El Gobierno grecochipriota exige que los ejércitos extranjeros (Turquía y Grecia) abandonen el país y que se elimine el sistema de estados garantes (Turquía, Grecia y Gran Bretaña), vigente desde 1960, algo a lo que se oponen los turcochipriotas.

Lo que sí parece claro es la organización que tomará el nuevo Estado tras la eventual reunificación: será una entidad federal y bicomunal. El próximo día 11 de septiembre, Christofias y Talat volverán a reunirse para discutir la formación de Gobierno y el reparto de poderes en el nuevo Estado chipriota.