La Guardia Nacional de Chipre derribó en la madrugada del viernes el muro que separaba las partes griega y turca de la ciudad de Nicosia en un "gesto de buena voluntad", según el presidente del Parlamento, Demetris Christophias. Sin embargo, la policía acordonó la zona y el portavoz del Gobierno grecochipriota, Christodoulos Pashiardes, aclaró que la calle "no se abrirá al público a menos que las fuerzas militares turcas sean retiradas".

Desde Bruselas, el presidente de la isla, Tassos Papadopoulos, propuso que las fuerzas turcas se alejen a 100 metros de los puntos de control griegos o que toda Nicosia sea desmilitarizada. "Una vez retiren las minas y los soldados, los puntos de control grecochipriotas serán desmontados en 24 horas", añadió.

VIA DEMOCRATICA "Ese muro no podía quedarse ahí. Se debía encontrar una solución en el marco de la democracia y los principios de la UE", aplaudió el primer ministro de la República Turca del Norte de Chipre (RTNC, solo reconocida por Ankara), Ferdit Sabit Soyer, en declaraciones al rotativo Kibris Gazetesi. En cambio, desde Turquía, el especialista en Chipre Faruk Sönmezoglu dijo que es un hecho "forzado por la UE".