El presidente francés, Jacques Chirac, denunció ayer la "dictadura de los rumores" en relación al caso Clearstream , y reafirmó su "plena confianza" en el primer ministro, Dominique de Villepin, quien presuntamente participó en una conspiración para arruinar la reputación de su rival y actual ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, y de otros dirigentes.

"Tengo plena confianza en el Gobierno de Dominique de Villepin para llevar adelante la misión que le he encomendado", declaró Chirac tras el Consejo de Ministros.

El jefe de Estado destacó que los jueces aún están investigando el caso y que son ellos quienes deben "hacer su trabajo y establecer los hechos". El propio jefe de Estado está salpicado por este escándalo.