El presidente francés, Jacques Chirac, desautorizó ayer la mediación oficiosa --que le causa "inquietud"-- del diputado conservador Didier Julia para lograr la liberación de los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, secuestrados desde hace 43 días en Irak. Chirac afirmó que esa gestión "privada", que "no ordenó nadie", supone una "intromisión en un proceso delicado" que "no parece ser positiva", y dijo esperar que "no sea negativa" para la liberación de los rehenes, retenidos desde el pasado 20 de agosto por el Ejercito Islámico de Irak.

El ministro de Exteriores francés, Michel Barnier, fue más lejos. "Todos los progresos que habíamos hecho quedaron interrumpidos el 28 de septiembre por las gestiones paralelas emprendidas por el grupo de Julia. Ya llegará el momento de dar respuestas a lo que ha sucedido esta semana", dijo Barnier, tras condenar "las gestiones paralelas" en la crisis de los rehenes.

CERCANO AL BAAZ El diputado de la Unión para el Movimiento Popular (partido de Chirac) es una persona cercana al partido Baaz de Sadam Husein, por lo que se trasladó a la zona para utilizar su influencia a favor de los reporteros y utilizó de mediador al Gobierno sirio. El pasado miércoles reveló esta gestión al anunciar la liberación inminente de los periodistas y, el viernes, incluso se desplazó a Damasco (Siria), donde dijo esperar la llegada de Chesnot y Malbrunot.

La sorpresa y la confusión se apoderaron de las autoridades y de los medios de comunicación franceses contactados por estos emisarios "privados", que pretendían compensar así la llamada diplomacia del turbante de París.

El Ministerio de Exteriores y la propia presidencia, que apuestan por la mediación de Jordania, niegan el carácter oficial y oficioso de la iniciativa de Julia. Pero ayer, por primera vez, la calificaron incluso de "negativa". El secretario general de Exteriores, Jean-Pierre Lafon, que viajó a Ammán (Jordania) para seguir la crisis, reclamó "paciencia, perseverancia y discreción".

PETICION DEL PAPA Juan Pablo II habló también de los rehenes y de sus familiares, "víctimas inocentes de la violencia y el odio", e invitó a "todos a respetar la vida de las personas". La petición tuvo lugar en un día de chantajes en Irak.

La cadena Al Jazira mostró las imágenes de un iraquí decapitado, tras ser secuestrado por el grupo Ansar al Suna. Su delito: trabajar para la Guardia Nacional iraquí. Otro grupo amenazó con asesinar a un rehén jordano si, en 72 horas, la empresa para la que trabaja no abandonaba el país. El Ejército Islámico de Irak también exigió a Indonesia liberar al islamista Abú Bakar Bashir a cambio de la liberación de dos mujeres indonesias.