El presidente francés, Jacques Chirac, acabó ayer cediendo a la presión de 10 semanas de crisis social que agita a Francia con motivo de la instauración del contrato de primer empleo (CPE), que contemplaba el despido libre durante los 24 meses posteriores a la contratación para los menores de 26 años. "Reemplazar" fue el término elegido en el comunicado hecho público ayer por el Elíseo para anunciar la retirada del CPE, que puso en pie de guerra a sindicatos y organizaciones estudiantiles. Todos cantaron victoria.

Oficialmente, el controvertido CPE será sustituido por un "dispositivo de inserción profesional para los jóvenes con dificultades". Ello significa que el artículo 8 de la ley de igualdad de posibilidades desaparece, lo que supone, en la práctica, la desautorización del primer ministro, Dominique de Villepin, quien, desde el inicio de la crisis, había hecho de la instauración de este convenio una apuesta personal.

La decisión fue adoptada tras intensas negociaciones durante el fin de semana. Una última sesión se celebró ayer en el palacio del Elíseo junto a los principales dirigentes de la mayoría conservadora, incluido el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, que fue el principal mediador y que parece imponerse como candidato de la derecha para las presidenciales del 2007.

El polémico CPE será "reemplazado" por una batería de medidas destinadas a alentar la contratación de los "jóvenes en dificultad", especialmente los de los suburbios más problemáticos. La nueva ley será votada por el Parlamento, tal y como pedían sindicatos y estudiantes, antes del 17 de abril. Para cubrir las apariencias y salvar el honor de Villepin, el comunicado presidencial decía que la decisión de eliminar el CPE había sido adoptada de acuerdo con Villepin.

´MEA CULPA´ El propio primer ministro entonó su mea culpa en una declaración pública: "Las condiciones necesarias de confianza y serenidad no están reunidas, ni del lado de los jóvenes, ni del lado de las empresas, para permitir la instauración del contrato de primer empleo", admitió. También lamentó "no haber sido comprendido", y aseguró que sólo había querido "ir muy deprisa" debido a la "situación dramática del paro juvenil", que alcanza en Francia el 23%. La retirada del CPE es, sin duda, una victoria para los sindicatos y estudiantes, que han ganado por KO el pulso con Villepin, y han batido récords de movilización en toda Francia.

La Confederación General del Trabajo (CGT), primer sindicato del país, saludó la "retirada" del CPE como "un éxito". El líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Fran§ois Chér¨que, estimó "cumplido el objetivo". Las organizaciones de estudiantes también expresaron su satisfacción, aunque dijeron que "mantendrán la presión" hasta que se vote la nueva ley.