Seis años y medio después de ser asesinado en una operación de las fuerzas especiales de EEUU en Abbotabad (Pakistán), Osama Bin Laden sigue siendo una fuente de información e interés. El miércoles la CIA desclasificó casi medio millón de archivos incautados en aquella operación, un paso aplaudido como una buena señal de transparencia por investigadores y expertos en relaciones internacionales, con una nueva ventana abierta a la estructura, organización y red de Al Qaeda.

Esta desclasificación también sirve a intereses de Donald Trump y su Administración: las revelaciones de que, antes de los atentados del 11-S, Irán ofreció apoyo a Al Qaeda («dinero, armas y todo lo que necesiten») coloca en una posición incómoda a Teherán justo cuando el presidente estadounidense se ha negado a certificar el acuerdo nuclear multilateral, dejando en manos del Congreso decidir el futuro de ese pacto.

Aunque los documentos se colgaron el miércoles en la web de la CIA (con un aviso de que podían contener malware), ayer no estaban disponibles por «un problema técnico». La agencia, no obstante, se los había facilitado antes a Long War Journal, una publicación del think tank Fundación para la Defensa de las Democracias, firmemente opuesto al acuerdo con Irán .

El Journal desveló los detalles del documento de 19 páginas que apunta a la oferta iraní. Se habla de apoyo con «dinero, armas» y «entrenamiento en campos de Hizbulá en Líbano a cambio de atacar intereses estadounidenses en Arabia Saudí y el Golfo». También se dice que el espionaje iraní ofreció respaldo logístico a miembros del grupo terrorista, incluyendo visados para viaje o refugio. Hay también constancia de las tensiones entre el régimen iraní, chií ,y la organización, suní.

La CIA sigue manteniendo algunos archivos clasificados alegando razones de seguridad nacional, pero ha ido mucho más allá de lo que fue la Administración de Barack Obama, cuya Dirección Nacional de Inteligencia hizo una desclasificación mucho menor en 2015. Entre los 470.000 que ha hecho públicos están el diario personal de Bin Laden, de 228 páginas, y un vídeo en el que se ven las primeras imágenes como adulto de su hijo Hamza Bin Laden.