La Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana utiliza métodos inhumanos que rozan lo ilegal en los interrogatorios de los supuestos talibanes o miembros de Al Qaeda capturados en Afganistán, según reveló ayer el rotativo The Washington Post .

Según esta información, la CIA posee un centro secreto de interrogatorios en la base aérea de Bagram, el cuartel general de la fuerzas norteamericanas desplegadas en Afganistán. Según el rotativo, el centro engloba "un conjunto de contenedores de metal donde son introducidos los detenidos". Los que se niegan a cooperar "son forzados a permanecer de pie o de rodillas durante horas, con la cabeza cubierta con capuchas negras o con anteojos rociados con un aerosol". El rotativo añade que algunas veces, "se mantiene a los prisioneros en posiciones extrañas y dolorosas o se les priva del sueño durante 24 horas con un bombardeo de luces".

USO DE LA TORTURA

A los detenidos que cooperan con sus interrogadores "se les ofrecen ciertas comodidades; son tratados con una fingida amistad, respeto y sensibilidad hacia su cultura y, en algunos casos, se les recompensa con dinero". Quienes se niegan a cooperar, en cambio, "son puestos a disposición de servicios de inteligencia extranjeros cuyo uso de la tortura ha sido documentado por el Gobierno de EEUU y las organizaciones de derechos humanos".

"En la polifacética guerra global contra el terrorismo desatada por la Administración de (George) Bush, uno de los frentes más opacos, --y, sin embargo, vitales-- es la detención y el interrogatorio de los sospechosos de terrorismo", señala el autor del artículo. El rotativo asegura haber entrevistado a varios exagentes del espionaje norteamericano, así como a 10 funcionarios de la seguridad nacional en activo, incluidos algunos que presenciaron el tratamiento dado a los detenidos. "La situación que se describe -- señala el diario-- es la de una muy dura búsqueda de información, a menudo de común acuerdo con aliados de dudosa reputación en materia de derechos humanos, y en la que las líneas que tradicionalmente dividen el bien del mal, lo legal de lo inhumano, van evolucionando y se van desdibujando".

SIN COMENTARIOS OFICIALES

El portavoz de la CIA, Mark Mansfield, rehusó hacer ningún comentario acerca del artículo. Según funcionarios estadounidenses, casi 3.000 sospechosos de pertenecer a Al Qaeda han sido detenidos en todo el mundo desde los atentados del 11 de septiembre del 2001. Unos 625 permanecen en la base militar de EEUU en Guantánamo (Cuba). Menos de un centenar de prisioneros han sido entregados a terceros países.