Un total de 100 millones de familias de todo el mundo han obtenido microcréditos, según informaron a este diario colaboradores del Grameen Bank (Banco Rural, en español), que ayer obtuvo el Premio Nobel de la Paz, junto a su creador Mohammad Yunus, conocido como el banquero de los pobres. Esos préstamos sin aval, de entre 100 y 300 euros, han permitido a casi 50 millones de familias salir del umbral de la pobreza.

El Grameen Bank, creado por Yunus en 1976 en la localidad india de Jobra, ha beneficiado a tres millones y medio de personas en Bangladés. El 95% de los titulares son mujeres

HUMILDES CON IDEAS Los dos requisitos indispensables para obtener un microcrédito son: ser pobre y tener un proyecto empresarial. Los beneficiarios son ciudadanos que no pueden acceder a la banca tradicional ni siquiera para abrir una cuenta. Son personas que no tienen una nómina ni propiedades a su nombre ni familiares que les avalen. Los peticionarios son artesanos, pequeños agricultores, pensionistas o padres y madres de familia con pocos recursos.

Mohammad Yunus, que pertenece a una familia acomodada de Bangladés, pensó que si se daban pequeñas cantidades a miles de personas se podría combatir con eficacia la pobreza. El flamante Nobel de la Paz popularizó los préstamos familiares de 100 dólares, que al tratarse de una pequeña cantidad recibieron el nombre de microcréditos.

Yunus extendió su idea por Noruega. El Grameen Bank otorgó microcréditos a las mujeres de Laponia para proyectos de artesanía, hoy muy exitosos. Las laponas aprovechaban el medio año de oscuridad y la ausencia de sus maridos durante la etapa de pesca. De Bangladés y Noruega se fue extendiendo por todo el mundo. Muchas cajas de ahorro crearon fundaciones para tramitar los microcréditos y de ese modo eludir las exigencias de los bancos centrales de cada país, que suelen exigir unas garantias para evitar la morosidad.

Los intereses que pagan los prestatarios varían según el país. En la UE están en torno al 5,5%. Sin embargo, en los estados más pobres de Africa, Asia y América Latina se elevan hasta el 10%. Entidades de todo el mundo, generalmente ligadas a instituciones financieras o sociales, popularizaron los microcréditos en los países en vías de desarrollo o entre la inmigración y los pobres de los estados ricos.

PROYECTOS VARIOPINTOS Fuentes del Grameen Bank afirmaron que entre sus clientes puede encontrarse a una mujer de Uganda que creó una pequeña empresa de telefonía móvil en un pueblo que carecía de teléfonos fijos. Otro ejemplo es el de una pareja de Filipinas que gracias a un microcrédito pudo montar un invernadero de flores y, más tarde, otro préstamo les permitió adquirir un todoterreno.