La violencia no deja en Irak ni un día de respiro, ni siquiera en el Ramadán. La primera jornada del mes del ayuno musulmán estuvo teñida de sangre en Bagdad, donde cinco atentados suicidas perpetrados en cadena contra cuatro comisarías de policía y contra la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC) se saldaron ayer con 43 muertos y 224 heridos. Todas las víctimas fueron iraquís, excepto un soldado norteamericano. Las fuerzas de EEUU responsabilizaron de los ataques a extranjeros infiltrados, posiblemente extremistas islámicos.

Los cinco atentados suicidas que convirtieron el día de ayer en el más mortífero de la capital iraquí desde el fin de la guerra fueron perpetrados en 45 minutos, entre las 8.30 y las 9.15, hora local, y sembraron el caos en la ciudad. El primer edificio atacado fue la comisaría de policía del distrito de Baya. Cinco minutos después, un coche bomba estalló frente a la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC). Después les tocó el turno a las otras tres comisarías. Otra intentona, contra la comisaría de Al Jadida, en el Nuevo Bagdad, fue abortada por policías iraquís que lograron detener al suicida.

INSURGENCIA

El general norteamericano Mark Hertling, de la Primera División Blindada de EEUU, dijo disponer de información que indica que el atentado del día anterior contra el Hotel Rashid, donde se alojaba el subsecretario de Defensa estadounidense, Paul Wolfowitz, fue obra de "elementos leales al régimen de Sadam", mientras que los ataques de ayer fueron perpetrados "por grupos extranjeros que se aprovechan de la situación".

De las 43 víctimas, al menos ocho son policías que custodiaban los edificios atacados y que, en algunos casos, impidieron que la masacre fuera aún mayor al interceptar a los suicidas que se inmolaron prematuramente. La nueva policía iraquí es acusada de "colaboracionismo" y se ha convertido en objetivo de la resistencia y de los fundamentalistas.

EXPLOSIVOS EN LA AMBULANCIA

El atentado contra la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja causó especial conmoción ya que difícilmente pueden adivinarse los motivos que hayan podido convertir a esta entidad en objetivo del ataque. Doce personas perdieron la vida y al menos dos de ellas eran empleados de la organización. El presidente de EEUU, George Bush, aseguró que estos ataques demuestran que la resistencia está "desesperada".

El Comité Internacional de la Cruz Roja no había tomado anoche una decisión definitiva sobre la evacuación de sus colaboradores extranjeros. Pero el jefe de la delegación en Irak, Pierre Gassmann, aseguró que la salida de los extranjeros empezará hoy.