Cinco obispos anglicanos dimitirán de la Iglesia de Inglaterra y se unirán a la católica apostólica romana aprovechando un nuevo ordinariato creado a tal fin por el Vaticano.

Así lo ha confirmado la Iglesia católica, según la cual se trata de los obispos de Ebbsfleet, Andrew Burnham; de Richborough, Keith Newton, y de Fulham, John Broadhursty, y de dos ya jubilados: Edwin Barnes, que estuvo al frente de Richborough, y David Silk, exobispo de Ballarat (Australia).

Estas defecciones se producen como consecuencia de una votación en el Sínodo General de la Iglesia Anglicana favorable a la elevación de mujeres al obispado por primera vez en este país. Según el diario The Daily Telegraph, los cinco obispos citados están "horrorizados" por las reformas liberales del anglicanismo.

LA IGLESIA CATÓLICA ALABA LA DECISIÓN

La salida ha sido anunciada en Londres por Alan Hopes, obispo católico auxiliar de la diócesis de Westminster, quien ha alabado la decisión de los cinco de "entrar en comunión con la Iglesia católica mediante el ordinariato para Inglaterra y Gales".

"En la reunión plenaria que celebraremos la semana próxima, la conferencia episcopal de Inglaterra y Gales estudiará el establecimiento de ese ordinariato y extenderemos nuestra cálida bienvenida a quienes quieran formar parte de él", ha agregado el prelado católico.

The Daily Telegraph señala que hasta medio millar de clérigos podrían acogerse al ordinariato vaticano el próximo año, a los que podrían seguir otros.

DIVISIÓN ENTRE ANGLOCATÓLICOS

El Vaticano está creando otros ordinariatos para los tradicionalistas de Escocia, Estados Unidos, Australia y otros países anglófonos.

En Estados Unidos, el factor decisivo que lleva a los tradicionalistas al Vaticano es la ordenación de obispos homosexuales y la bendición de matrimonios entre personas también del mismo sexo.

Muchos anglocatólicos están, pese a todo, decididos a continuar siendo parte de la Iglesia de Inglaterra, animados por el propio primado anglicano, lo que significa que continuará la división dentro del anglicanismo. Consecuencia de ello es la creación de una nueva organización bautizada Sociedad de San Wilfrido y Santa Hilda, destinada a los anglocatólicos dispuestos a combatir desde dentro mismo del anglicanismo la ordenación episcopal de mujeres.