La muerte del cabo español llevó ayer a CiU a exigir al Ejecutivo que admita que las tropas españolas en Afganistán están en una "guerra abierta" y que la misión es de "alto riesgo". El PP insistió en que "apoyará siempre al Gobierno cuando se trate de garantizar la seguridad" del Ejército.

Zapatero alabó a "servidores públicos" que lejos de las fronteras españolas luchan por "erradicar la violencia y el fanatismo". Un mensaje de consuelo "a nuestro aliado, EEUU por las recientes bajas" fue pronunciado por el príncipe Felipe. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo confiar en que los españoles entiendan la importancia de seguir en Afganistán.