Los clérigos sunís arrojaron ayer un jarro de agua fría al primer ministro Iyad Alaui y a los principales dirigentes shiís, al calificar de "ilegítimas" las elecciones del domingo, así como al Parlamento y al Gobierno que nazcan del escrutinio. En su opinión, no son válidas porque fueron boicoteadas por una parte importante de la población. Las autoridades admitieron ayer que en las zonas más conflictivas del país, de mayoría suní, hubo déficit de papeletas, lo que impidió votar a miles de personas.

Paralelamente, Alaui anunció el inicio de un diálogo con los sunís para, según dijo, "garantizar su participación en el proceso". El primer ministro aseguró que ya se ha reunido con algunos responsables sunís, y convocó un encuentro para el lunes.

La inicial reacción negativa del Comité de Ulemas dificulta las intenciones de Alaui. En su primera respuesta oficial a las elecciones del domingo, el Comité de Ulemas, que agrupa a los principales representantes religiosos de la comunidad suní, aseguró en un comunicado que ni el nuevo Parlamento tendrá legitimidad para redactar la Constitución, ni el Gobierno para "firmar acuerdos económicos y de seguridad". Además, consideró "peligroso" que la ONU y la comunidad internacional bendigan los comicios, ya que de hacerlo, según afirmó el Comité, "abrirán las puertas de lo maligno". El Comité de Ulemas boicoteó los comicios por la inseguridad en el país, la ocupación y el asalto norteamericano a Faluya.

Los religiosos aseguran que respetan la decisión de los iraquís que acudieron a las urnas, pero que el Gobierno deberá tener un poder limitado. La automarginación de los sunís podría ahondar todavía más la división que padece el país y crear una situación mucho más inestable.

Los shiís, por su lado, están convencidos de que el próximo primer ministro saldrá de sus filas, al menos así de confiado se mostró Abdelaziz al Hakim, jefe de la principal fuerza política shií. Al Hakim, un clérigo próximo a Irán, descartó que la Alianza Iraquí Unida, que probablemente será la más representada en el Parlamento, apoye una candidatura ajena a la coalición. "Tenemos a un grupo de candidatos idóneos", aseguró. Los analistas barajan tres nombres: el ministro de Finanzas, Abdel Abdel Mehdi, el vicepresidente, Ibrahim al Yafari, y el científico Husein al Shahristani.

El jefe de policía de Mosul ofreció una amnistía a los rebeldes que entreguen sus armas en dos semanas. Los que no lo hagan, concluyó, serán "aniquilados". En Kirkuk, 12 soldados iraquís, encargados de la seguridad de las instalaciones petroleras, murieron en un ataque.