La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, dejó claro ayer la intención de Washington de iniciar una "nueva era" en las siempre complejas relaciones con China. Así lo manifestó en la visita que inició ayer a Pekín, que culmina su periplo por Asia, la primera gira que realiza como jefa de la diplomacia de la nueva Administración de Barack Obama. Clinton, que antes visitó Japón, Indonesia y Corea del Sur, consideró urgente la cooperación con China en materia económica, de medio ambiente y de seguridad, y dejó de lado el espinoso tema de la violación de los derechos humanos.

EEUU "desea reforzar y ampliar las relaciones con China, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer", manifestó la secretaria de Estado en la rueda de prensa que ofreció junto a su homólogo chino, Yang Jiechi, que en el pasado fue embajador en EEUU. Para Clinton la primera y tercera potencias del planeta deben trabajar juntas para liderar la recuperación económica del mundo. "Todos los países deben cruzar el río pacíficamente cuando están en el mismo barco", manifestó, por su lado, Yang, que hizo uso de un viejo proverbio chino para lanzar la idea de unidad para hacer frente a la crisis financiera mundial.

MIEDO AL PROTECCIONISMO El jefe de la diplomacia china aprovechó la visita de Clinton para advertir sobre cualquier medida económica proteccionista de la Administración de Obama que pueda afectar a las exportaciones chinas a EEUU, unos de los pilares de su economía. En todo caso, Clinton agradeció a China que se mantenga como primer país del mundo en poseer bonos del Tesoro de EEUU -- por un valor superior a los 543.000 millones de euros-- por delante incluso que Japón. Desde hace tiempo, Washington financia su enorme deuda con la venta de bonos al extranjero.

Tanto Clinton como Yang aseguraron que están preparando la cumbre del G-20 del 2 de abril en Londres. Según la secretaria de Estado, el encuentro puede servir para que Obama tenga el primer cara a cara con su homólogo chino, Hu Jintao, con quien Clinton también se entrevistó ayer en la capital china.

Los dos países asumieron el compromiso de apostar por energías limpias y por la reducción de las emisiones de carbono. Hay que tener en cuenta que China y EEUU son los que consumen más energía del mundo y son los principales emisores de dióxido de carbono. Otro de los temas candentes que Clinton abordó fue el programa nuclear de Corea del Norte y de Irán, países que tienen apoyo chino.

EXTREMA DECEPCION A los analistas no les pasó por alto cómo Clinton apenas se refirió a la violación de los derechos humanos, más aun si se tiene en cuenta que en el pasado fue una de las más críticas con el gigante asiático. La única referencia la hizo cuando dijo que tendría con Yang "discusiones francas en los asuntos donde hay desacuerdos, como los derechos humanos, el Tíbet y la libertad religiosa y de expresión", aunque matizó que serían temas secundarios. Amnistía Internacional mostró ayer su "extrema decepción" por la actitud de Clinton.