Las elecciones legislativas celebradas el domingo han sembrado la incertidumbre en Suecia, donde la coalición de centroderecha minoritaria ha empezado a llamar a la puerta de la izquierda para no tener que depender de la ultraderecha, que entrará en el Parlamento con 20 escaños, tras hacerse con el 5,7% de los votos. "Soy muy claro, no vamos a depender ni cooperar con Demócratas de Suecia", la formación ultra, dijo ayer Fredrik Reinfeldt, cuya coalición logró el 49,25% de los votos, lo que le garantiza 172 escaños, tres menos de la mayoría absoluta.

Reinfeldt, el primer jefe de un Gobierno conservador que consigue la reelección en Suecia en casi un siglo, ofreció ya la misma noche del domingo a los Verdes abrir negociaciones para formar Gobierno. Pero los portavoces de este partido respondieron por el momento con una negativa, apelando a las grandes diferencias con los ganadores en temas como la energía nuclear.

"No hemos recibido el mandato de nuestros electores para iniciar negociaciones con la alianza de derechas", subrayó la líder ecologista, Maria Wetterstrand, durante una rueda de prensa.

Los Verdes recordaron además que concurrieron a los comicios en coalición con el Partido Socialdemócrata y el Partido de la Izquierda. La alianza progresista logró el 43,7% de los votos y 157 escaños del Parlamento.

HASTA EL 5 DE OCTUBRE Si no consigue formar Gobierno, Reinfeldt podrá intentar gobernar en minoría. De todas formas, el ganador recordó ayer que tiene tiempo hasta el 5 de octubre.

De momento, en lo que coinciden derecha e izquierda es en hacerle el vacío a la ultraderecha, que regresa al Parlamento después de dos décadas. "Existe una responsabilidad compartida para aislar a Demócratas de Suecia. Debemos respetarlos, porque tienen apoyo electoral, pero no necesitamos colaborar con ellos", afirmó Reinfeldt.

Este compromiso limita la capacidad de influencia de la ultraderecha, al que los resultados electorales sitúan en el papel de árbitro. Su líder, Jimmie kesson, se mostró ayer conciliador, pero durante la campaña había reiterado que la Alianza "vendrá arrastrándose, antes o después".

El regreso de la extrema derecha al Parlamento sueco ha sido como un terremoto político en el país nórdico. En cuatro años, con su discurso contra la inmigración, Demócratas de Suecia ha doblado sus apoyos y ha pasado del 2,9% de los votos del 2006 al 5,7% del domingo.

Ayer tarde, unas 6.000 personas se manifestaron en el centro de Estocolmo para protestar contra la entrada en el Parlamento de los ultras. "Apartad a los racistas", fue el eslogan.