Un coche bomba estalló ayer cerca del santuario del imán Alí, uno de los lugares más venerados por la comunidad chií, en la ciudad santa de Nayaf, a 160 kilómetros al sur de Bagdad. La explosión, que destrozó dos autobuses que estaban aparcados, mató a cuatro peregrinos iranís. Otras 54 personas, 17 iraquís y 37 iranís, resultaron heridas. El santuario del imán Ali, primo y yerno del profeta Mahoma, es visitado cada año por millones de peregrinos tanto iraquís como iranís. En Nayaf reside el líder espiritual de los chiís iraquís, el ayatolá Ali al Sistani, que se ha mantenido al margen en cuanto a las opciones políticas que participan en los comicios de hoy.

Durante estos últimos días de campaña electoral han muerto al menos 49 personas. A pesar de esta elevada cifra, el grado de violencia en el país ha descendido de manera significativa en los últimos meses. Según el portavoz del Ejército de EEUU, el general Steve Lanza, el número de ataques se ha reducido en más de un 90 % desde que EEUU aumentó su presencia militar en junio del 2007. Los insurgentes han aconsejado a los iraquís que permanezcan en sus casas hoy, día de la votación. El embajador de EEUU en Irak, Chris Hill, dijo ayer que ni el ataque a Nayaf ni los acaecidos días atrás en Bagdad impedirán que los iraquís acudan hoy a las urnas.