Los disidentes republicanos de Irlanda de Norte han sido acusados de haber colocado el coche bomba que estalló en la noche del lunes en la localidad de Newry. El vehículo, cargado con 115 kilos de explosivos, se hallaba estacionado en los alrededores de los juzgados, en el centro de la ciudad. La policía, que solo tuvo 17 minutos para desalojar la zona tras recibir una alerta telefónica, considera "un absoluto milagro" que no se produjeran muertos ni heridos.

Es el atentado más relevante de los perpetrados por disidentes republicanos contrarios al proceso de paz desde el acuerdo firmado hace dos semanas para retomar las competencias de Justicia e Interior. Todas las formaciones representadas en la Asamblea autonómica de Stormont condenaron ayer el atentado.