La vida política en el Kurdistán iraquí ha girado hasta ahora en torno a dos únicos partidos: la Unión Patriótica del Kurdistán y el Partido Demócrata del Kurdistán. Ambos se repartían los puestos de poder, restando espacio a otras formaciones. La cohesión ha permitido a los kurdos actuar con gran efectividad a la hora de plantear demandas en Bagdad y consolidar la autonomía. Ante la fragmentación que se prevé en el Parlamento iraquí, el bloque kurdo se puede erigir en el pivote que entregue el Gobierno a unos u otros. Esta doble hegemonía ha comenzado a resquebrajarse con la aparición del grupo reformista Goran.